Presentación en la Comunidad Cooperativa de Litoral Editores 26 de octubre 2019
Para mí, querido lector, el cartel, a diferencia de Lacan, si es un enigma y como tal, será responsabilidad de quien lo articula resolver, en la medida de lo posible, dicho enigma. En las coordenadas geográficas en las que nos encontramos (Cancún) mucho se ha hablado sin nombrarlo.
Un pequeño grupo que trabaja una línea de investigación en común cada uno en su recorrido y el “más uno” que funge como mediador de la discusión y orientador del grupo en algún sentido.
Esta paráfrasis no es sin intenciones, el efecto de escuchar una descripción de ese tono, conlleva a edificar un dispositivo en torno a un garante, dicho garante se inscribe en el que porte la bandera del más uno, ¿no es acaso eso, una demanda transferencial? ¿no es acaso ponerse en el lugar de alumno, esperando a que alguien tome el lugar de un jefe/líder? Si hay todo un despliegue crítico por parte de Lacan con respecto al discurso de la universidad, es importante mencionar que no porque no existan títulos o un temario certificado, el cartel no pueda modelarse como aula. En este sentido me parece que el cartel dejaría de serlo.
En las Jornadas de carteles de la EFP del 12 y 13 de abril de 1975, Lacan abre la discusión con un comentario sobre la publicación del seminario de la ética, y el interés de las librerías para generar un “éxito” y como al pasar nombra a Lagache en un intercambio a modo de sorna en torno a dicho seminario. Relacionar este guiño de Lacan, me hace pensar en la agenda de Lagache en los 50’s la cual en su momento fue dirigir la carrera de Psicología; no olvidemos la conferencia de Canguilhem[1] al respecto, que deja magullada la idea de Lagache, interpelación de magistral tesitura.
La idea no tiene desperdicio, Lacan se escabulle y se saca de encima las pretensiones universitarias, recordar a Lagache en las jornadas de los carteles apunta a cuestiones que no pierden actualidad. Sobre todo, en el creciente desarrollo del discurso de posgrado e incluso de licenciatura[2] por parte de diversas instituciones que corretean RVOEs en un intento de profesionalizar, capturar, un saber que no pasa por ese lugar.
Lacan en el acta de fundación menciona:
“Para la ejecución del trabajo, adoptaremos el principio de una elaboración sostenida en un pequeño grupo. Cada uno de ellos (tenemos un nombre para designar a esos grupos) se compondrá de tres personas como mínimo, de cinco como máximo, cuatro es la justa medida.
Más una encargada de la selección, de la discusión y del destino que se reservará al trabajo de cada uno.”[3]
El problema radica en el momento en el que se habla de persona, y que, a pesar de su uso, los que tuvieron la experiencia del cartel comenzaran a dudar de si el “más una” es una persona o es un “más uno” incluso en un sentido matemático y en todo caso, ¿cómo se articularía?
Esto se hace claro al leer las actas de las jornadas donde se esclarece que el más un@ es una persona encargada de la selección, de la discusión y del destino que se reservará al trabajo de cada uno, sin embargo, las experiencias de dicho modo de funcionamiento es lo que reactualizaría del modo de trabajo, tal como el acta de fundación menciona
“Esto no implica en modo alguno una jerarquía cabeza abajo, sino una organización circular cuyo funcionamiento, fácil de programar, se consolidará con la experiencia.”[4]
A pesar de ser mencionado la no jerarquización cabeza abajo, los juegos intersubjetivos se hacen sentir.
Ya que a partir de la experiencia se comienzan a descubrir los escollos encontrados en los diferentes carteles articulados hasta ese momento, estamos en 1975.
Martin al abrir la sesión del 12 de abril menciona “no es una reunión de personas que se proponen únicamente llegar a una confrontación de ideas, menos aún, un lugar de enseñanza directa o magistral, sea en un grupo pequeño, sea en uno más o menos extenso.”[5]
Reiterar este punto al abrir la sesión tiene una doble función, por un lado, es necesario volverlo a decir ahora con una experiencia recorrida y por otro, cosa que Lacan percibe a lo largo de esas jornadas, contadas personas habían leído y/o releído el acta de fundación, situación que Lacan lo hará sentir en repetidas ocasiones.
Lacan pronto hará su comentario y cambia el modo en el que podía ser pensado el más uno, a saber, que articula la explicación desde el Borromeo.
“este 1 que en el nudo Borromeo es cualquiera del que puede obtenerse una individualización completa, es decir que de lo que resta –a saber, de esa X en cuestión– no hay otra cosa que uno por uno […] este uno l que se encuentra siempre como encadenando los eslabones individuales: ¿cómo concebirlo?”[6]
A partir de ese momento Lacan suelta una idea, “uno más” ya que el sujeto siempre es “uno más”. A lo largo de las jornadas los integrantes al rendir cuenta de dicho más un@, comenzarán poco a poco a desdibujarse los parámetros que se pueden obtener en la primera lectura del acta de fundación.
Una función que puede ser entendida desde al menos dos lugares. Por un lado, la permutación, el cartel generando diferentes más uno según sea el caso, como función a ocupar en el sentido de permutación. Por otro lado, si el cartel se anuda como Borromeo, el más uno podría llegar a ser eso que resulta del anudamiento de los miembros. Cada uno desde su individualidad como dichos eslabones que al entrecruzarse generan el efecto de más uno.
Lacan interviene con lo siguiente:
“Cuando los matemáticos se encuentran hay ese “más una “incontestablemente. Es decir que es realmente sorprendente que los matemáticos no saben de qué hablan, podría decirse, pero saben de quién hablan, hablan de las matemáticas como si fuera una persona. Puede decirse hasta cierto punto que lo que yo más deseaba era el funcionamiento de grupos que funcionaran tal como funciona un grupo cualquiera de matemáticos.”[7]
Intervención que me hace enlazarla con un comentario del seminario Les non dupes errent – Los no incautos yerran en la clase del 9 de abril 1974
“En verdad, no me voy a contentar con esta respuesta para lo que tiene que ver con la invención matemática; está bien claro que hay apasionados, quiero decir que no era una manera de hacerse valer en la Sorbona resolver los problemas de la cicloide; que hubo, en fin, tiempos milagrosos, tiempos que quisiera ver reproducirse bajo la forma de los psicoanalistas, quisiera ver reproducirse en ellos esa especie de república que hacía que Pascal se carteara con Fermat, con Roberval, con Carcavi, con montones de personas vinculadas entre sí por algo que no se sabe qué es y que se había producido, esto es lo que un día quisiera sacar de la historia, no se sabe qué se había producido que hacía que hubiera gente que deseaba saber más y más a propósito de esas cosas inverosímiles que se designan así, la cicloide; ustedes saben qué es, si es un círculo, una ruedita que gira alrededor de otra, vean qué puede dar eso, yo no sé, una cosa que se llama cardioide, y hay montones de otras, pero nada como el hecho de que estaban chiflados por eso; y esto, créanlo, en ese momento no reportaba nada ante ningún Señor; les daba una reputación estrictamente entre ellos, no salían de allí.”[8]
Así pues, el cartel definido como un dispositivo de funcionamiento propio de la escuela, que se resuelve en su estatuto lógico, en su inscripción matemática en el sentido borromeano en el que: como los matemáticos hablando de las matemáticas como una persona más, más una se esclarece desde el costado del trabajo en el entrecruzamiento de sus miembros que se tendrán como interlocutores generando un efecto de +1. El psicoanálisis como +1 en la experiencia del cartel, como los matemáticos generando república, en una agrupación horizontal de trabajo circular.
Los que se encontraron esos días de jornadas sobre los carteles tenían sobre sí la figura del maestro, Lacan. Situación que imposibilitaba llegar a la República que Lacan mismo planteaba, y al percatarse de la situación, la solución a eso terminó siendo la dis-solución de la Escuela Freudiana de París.[9]
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[1] “Qu’est-ce que la psychologie?” “¿Qué es la psicología? – Georges Canguilhem. https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligatorias/114_adultos1/material/archivos/cangilhen1.pdf
[2] Un ejemplo claro sería la Universidad Sigmund Freud. https://www.unifreud.com/
[3] Lacan, J. (2012). Acta de Fundación. En L. Jacques, Otros escritos (págs. 247-259). Buenos Aires: Paidós. Pp.247-248 Las negritas son nuestras
[4] Ibidem “”
[5] Journées des cartels de l’École freudienne de Paris. (1976). JORNADAS DE LOS CÁRTELES ESCUELA FREUDIANA DE PARIS . París: Lettres de l’École freudienne, 1976, N°18. p.5
[6] Ibidem. p.6
[7] Journées des cartels de l’École freudienne de Paris. (1976). JORNADAS DE LOS CÁRTELES ESCUELA FREUDIANA DE PARIS . París: Lettres de l’École freudienne, 1976, N°18. p.10
[8] Lacan, J. (s.f.). Bibliopsi. p.56 Recuperado el 2012, de http://www.bibliopsi.org/docs/lacan/26%20Seminario%2021.pdf
[9] Lacan, J. (1980). Carta de disolución. Guitrancourt: Ornicar?